Dicen por ahí que los escritores somos depresivos por naturaleza, dicen las malas lenguas que nuestro corazón confunde tanto los pensamientos que cuando pensamos tener el control de algo y una pieza se mueve de alguna manera no planificada por nosotros ,entonces una especie de Kraken empieza succionar todas nuestras energías, ahogando nuestros pensamientos y destrozando una parte de nuestra esencia.
Quizás dicen bien, quizás hablan la pura y jodida verdad, quizás, somos tan asquerosamente humanos que detestamos la misma humanidad – yo lo hago-. No es culpa de nadie, y no voy a señalar dedos, fue el divino creador – que chiste que use este término- quien quizás me forjo así, o quizás yo esté trabajando en mi sentimentalismo para una próxima vida, lo ignoro por completo.
Lo que si se, es que el sentimiento de la depresión es un vacio diferente, el te hace mas detallista, te fijas en tus errores, en el de los otros, y en lo feliz que son los demás, lo feliz que fuiste tú y te preguntas ¿Cuándo deje de ser feliz? Nadie deja de ser feliz, la felicidad se duerme, quizás la pregunta correcta seria “¿Cuándo deje que mi felicidad se durmiera?” Es asquerosamente patético preguntarte algo así, más patético aun es no tener la hombría bien puesta para llegar a preguntártelo.
Detesto sentirme deprimido y sin embargo aplaudo esta fuente de energía que es capaz de proporcionarme improvisaciones como estas, o la mayoría que se encuentra en mi blog.
Incluso he de admitir: Son pocos los escritos acá que fueron escritos con energía positiva. La mayoría surgen de la ira, la tristeza, la decepción, la confusión, la perdida…
Esto hace mi blog un tiradero de todo lo que no quiero tener, y un recordatorio de quien fui, quien soy, y quien seré.
UN BRIDIS POR LAS MUJERES. Ellas son las principales causantes de la inspiración de muchos escritores, musas fatales y arrogantes. ..Pero oh, como las amo.
A y S
