Pocas son las veces que decido usar el teclado y el papel de Word como una herramienta para desahogo, aprendí hace ya mucho tiempo que los blogs y los lectores anónimos nunca podrán ser la terapia efectiva, pero mientras busco que tipo de terapia debo tomar en este momento decidí estirar mis dedos para drenar este remolino de pensamientos y situaciones descontroladas en mi cabeza.
Este es uno de esos textos que siguen un orden cronológico, es más, de tantos hechos que han concurrido los últimos meses no tengo duda que podría escribir todo un libro, pero la inutilidad de hacer esto es tan basta que prefiero hacer estas publicaciones, y es que estoy harto de no encontrarme con un solo estado anímico o una línea de pensamiento solido en esta situación.
Me parece gracioso y molesto que muchas veces que pienso en algo surge ese alter ego en mi, aquella voz que me hace meditar acerca de mi bipolaridad o quizás mi presencia en el borde de una esquizofrenia, pero dejando a un lado los problemas médicos que quizás me este infligiendo, debo admitir que esa voz interior me ha logrado calmar y agitar bastante.
Todo parece depender del estado emocional de sujeto A (en este caso yo) y sujeto B (mi alter yo) reaccionara de manera totalmente contraria, pero aun así jamás ha violado mis principios, y es que el no toma las decisiones, influye en ellas, muestra ciertas perspectivas, le da otro enfoque a la situación. Pero la decisión si es mía (Ok…creo que necesito un psiquiatra)
Estoy varado en una de esas situaciones donde el mismo tema te puede alegrar, no porque sea un júbilo para mi, aquí entra en juego la sensación de “amor-odio” que siento acerca de la institución. Amor porque me parece divertido probar mis conocimientos y teorías al mismo tiempo mi capacidad de recolección de información y de relaciones públicas, odio, pues es un instinto que emanado desde lo profundo de mi ser me ciega a veces y desprograma mi lenguaje corporal, obligándome a respirar y pensar que no debo revelarme.
El secretismo es el arte que algunos se han dedicado a practicar para evitar que sus ideas o morales caigan en manos de un público ignorante y desmedido en su odio latente, eso lo entiendo. Pero mi odio latente es hacia estos secretismos, y me veo en la situación de viajar a mi imaginación y transmutar la realidad en una especie de guerra épica donde mi bando es el victorioso.
Es curioso, ¿Así se sentirá Blade? Es decir ser vampiro y matar a tu propia especie ¿porque les odias? Me aflijo de él, no debe ser una tarea sencilla y durante estos últimos meses he creado un perfil de mi mismo que me ha permitido no un camuflaje, eso ya fue destruido, sino, más bien un arte, una transmutación casi completa.
No sé si sentirme orgulloso de nosotros o repudiarnos, el hecho es que una puerta con llave llama al surgimiento de la bestia en mi, bestia que en este preciso instante se mofa de los vagos intentos por ocultar algo que terminare sabiendo, aprendiendo y mejorando.
.- S y V

No hay comentarios:
Publicar un comentario